viernes, 6 de febrero de 2009

Amora de Rosamaría Roffiel






A pesar de tenerla al alcance durante varios años (desde que conocí a mi pareja) hace una semana me di la oportunidad de iniciar la lectura de una novela que permite evocar un poco de la década más importante tanto para la autora como para mí... Amora
es la historia de un círculo de amigas algunas lesbianas, casi todas feministas, amigas, solidarias... Es una ventana al mundo femenino y las dificultades en el andar de homosexuales (en este caso Mujeres, incluido el amor, en ocasiones imposible de una closetera o buga "oppen mind". Pero no solo de ello nos platica Lupe, también evoca los momentos amargos por los que diariamente tienen que lidiar ella y otras compañeras para exigir justicia ante la ley por violaciones, maltrato familiar y violencia. Un claro retrato de como eran en esa década los señores burócratas machotes. Que a dios gracias ha cambiado un poquito la situación en estos años. Claro que de repente tenemos nuestros retrocesos gachos. Como la prohibición de los besos en Guanajuato o la fragmentación del movimiento Gay al grado que llega a parecer un proselitismo de comerciantes ambulantes o señoras chismoleras.
volviendo a la novela es necesario agregar que tiene también sucesos de la cotidianidad donde claro esta, en un mundo que se guia por las apariencias, concibe una relación de pareja en le vinculo de dos mujeres tan femeninas y guapas, que seguramente necesitan hombre que las haga ser mujeres completas. Un mundo en el cual se suele encasillar a las lesbianas como tipo celadores, muy hombrunas y conflictivas... Esto me recuerda una canción de Mecano, que a Dios gracias puso a trabajar las neuronas de muchos niños y adolescentes hacia la tolerancia y aceptación de la diversidad sexual.
Lupe, Rosa María, Cristina, Diana, Citlali, Virginia, Mariana; son algunas mujeres que se atreven en los ochentas a vivir solas, sin asegurar la manutención casándose con un barbaján. A realizar trabajos mal pagados pero defendiendo los derechos de las demás mujeres sean o no lesbianas, sean o no feministas. Muy buena novela, ampliamente recomendable, incluso por sus frases tan candorosas como esta "A mi mis timbres, que son de pueblo"

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